Este verano ha sido relativamente favorable para los piscicultores sirios que viven en hostilidades.
Se sabe que no hace mucho tiempo, en las cercanías de la capital siria, se volvió a encargar la única granja del país que se especializa en la cría de truchas arcoiris.
Se informa que durante los años de guerra la granja sufrió daños significativos: los terroristas literalmente la convirtieron en ruinas. Sin embargo, los representantes de las pesquerías de Damasco no se rindieron y revivieron su producción literalmente de las cenizas. Y ahora, hace unos meses, el primer lote de caldo de pescado fue lanzado a los embalses.
Hasta la fecha, las piscinas de la granja de damasco contienen alrededor de quince mil individuos de trucha arcoiris. Según los expertos de la industria, actualmente no hay escasez de peces de mar en Siria, pero el país tiene escasez de peces de río.
Para corregir esta situación, las granjas se erigen activamente para la cría de truchas, se crean arroyos artificiales y estanques. Es de destacar que el agua para la cría de familias de peces se toma de fuentes de montaña.
Según los empleados agrícolas de Damasco, hoy no más de quince personas trabajan en su empresa. Sin embargo, los pedidos de pescado de la población y los compradores están creciendo todos los días, por lo que la producción se expandirá significativamente en un futuro muy cercano.
Lo único que esperan los piscicultores de Siria es que las próximas operaciones militares no incineren los recursos recientemente restaurados.